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María Mallia, Egresada del Máster Universitario Oficial en Abogacía UMH-ICAE Promoción 2016 (IV Promoción) Letrada del ICAV. Colegiada nº18662. Abogada ejerciente.


  • Reseña personal de la autora: ¡La abogacía ha sido siempre mi pasión! Me llamo Maria Mallia, y soy abogada, ejerciente en España, de nacionalidad Italiana. Mis estudios en Derecho empezaron en Italia en la Universidad de Bolonia y hace unos años decidí habilitarme, también, aquí en España, estudiando el Máster de Abogacía en la Universidad de Miguel Hernández de Elche. Durante este recorrido de estudio, he tenido la oportunidad de desarrollar mucha experiencia en diferentes bufetes de abogados, sea con prácticas de Derecho en el ámbito nacional o internacional, y esto me ha dado la posibilidad de entender la necesidad de aprender a integrarse en una sociedad globalizada y moderna aprendiendo el derecho desde una perspectiva global.

El abogado del futuro debe estar preparado en temas correspondientes al actual proceso de globalización socioeconómica que hoy se vive, por lo que su participación será esencial en temas de trascendencia mundial.

Como sabemos, la globalización es un proceso histórico de integración mundial en los ámbitos político, económico, social, cultural y tecnológico, que ha convertido al mundo en un lugar cada vez más interconectado, en una aldea global y el derecho es un elemento fundamental del vivir social, si la sociedad está en transformación, no se puede concebir un derecho estático e inmutable.

El derecho global está inmerso en la vida social en la que surgen nuevas necesidades legales que requieren soluciones innovadoras del mundo del derecho.

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La globalización ha echado sus propias raíces, ante de todo, en los intereses económicos, y luego las ha alargado hasta el derecho y consecuentemente corresponde, ahora, al abogado aventurarse en esta nueva realidad, en el derecho internacional general se averiguaran aquellos cambios necesarios para adaptarlo a las necesidades de la vida de las relaciones internacionales o para orientarlos hacia la búsqueda de valores comunes a la entera humanidad.

Al mismo tiempo, la integración económica y social aumenta el carácter multinacional de los casos en que los abogados son llamados a asistir cotidianamente. Esto ha dado y da origen a un mercado internacional emergente de servicios legales, requiriendo un diferente tipo de abogado,respecto el abogado tradicional formado exclusivamente en un particular sistema jurídico nacional.

La recuperación de la dimensión social de la ley y el protagonismo de los abogados son dos puntos clave para comprender el impacto de la globalización en el mundo del derecho en respuesta a una precisa exigencia de este tiempo histórico. Esta es la razón por la cual también es necesaria una revisión de la identidad del jurista. Él no puede pensar en permanecer atrincherado en las aulas o bibliotecas;ahora está llamado a desempeñar un papel activo!

Eventos como Brexit y las elecciones por la nueva administración de los Estados Unidos solicitan el desarrollo de una alta perspicacia geopolítica. La nueva figura del abogado “global” es aquel conocedor de las leyes de diferentes países. Un “súper legal” capaz de moverse a gusto entre los procesos de la globalización, en cuanto se necesitan profesionales con una visión global y especializaciones que no formen parte de la formación clásica: desde los derechos de la web hasta las fronteras aún poco exploradas, como el derecho espacial. Gracias al conocimiento de idiomas y al estudio y actualización contínua, el abogado global puede trabajar en estudios de dimensión internacional pero también en empresas o asociaciones humanitarias con proyeccion internacional.

Se preparan a los abogados cuyas competencias y habilidades serán diferentes a los abogados de antaño, pues actualmente los jóvenes ya no se conforman con ser un abogado civil, penal o laboral, ahora buscan áreas innovadoras y de actualidad.

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Por tanto el abogado actual frente al de hace cinco años tiene que tener esa mentalidad y con el conocimiento del derecho de varias jurisdicciones y la capacidad para trabajar con profesionales de otras muy distintas. Esto supone un cambio paradigmático en la formación de los abogados, que exige que las universidades se actualicen para poder conseguir que estos profesionales tengan todas las habilidades que requiere la sociedad actual.

El proceso de cambio del nuevo papel del abogado del siglo XXI, ya debe comenzar desde la formación universitaria, que debe ser integral y interdisciplinaria. No puede limitarse a la ciencia del derecho tradicional, debe comprender conocimientos de informática, idiomas extranjeros, administración de empresas, economía y en fin todas aquellas materias que tienen relación con cada una de las ramas del derecho, en manera tal que el Abogado se prepara a afrontar a los cambios y las nuevas tendencias futuras.